PARÍS – El oportuno lanzamiento de una nueva versión fílmica de la novela de Erich Maria Remarque Sin novedad en el frente sirve de recordatorio de las estrechas semejanzas entre la Primera Guerra Mundial y la guerra que hoy se desarrolla entre autocracias y democracias. El combate ahora es en Ucrania; pero como en la Gran Guerra, hay varios frentes: el de la energía, el de los cereales y, menos apreciado, el frente occidental. En las capitales de Occidente, lobistas, cómplices, compañeros de ruta y «comprensivos» de las autocracias, de las que reciben respaldo, intentan socavar la unidad del mundo democrático y debilitar su determinación de mantener las sanciones contra Rusia y los envíos de armas a Ucrania.
PARÍS – El oportuno lanzamiento de una nueva versión fílmica de la novela de Erich Maria Remarque Sin novedad en el frente sirve de recordatorio de las estrechas semejanzas entre la Primera Guerra Mundial y la guerra que hoy se desarrolla entre autocracias y democracias. El combate ahora es en Ucrania; pero como en la Gran Guerra, hay varios frentes: el de la energía, el de los cereales y, menos apreciado, el frente occidental. En las capitales de Occidente, lobistas, cómplices, compañeros de ruta y «comprensivos» de las autocracias, de las que reciben respaldo, intentan socavar la unidad del mundo democrático y debilitar su determinación de mantener las sanciones contra Rusia y los envíos de armas a Ucrania.