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Los comunicados de salud en la era de la desinformación

FAIRFIELD COUNTY, CONNECTICUT – Como reconoció recientemente la directora de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés), Rochelle Walensky, la mala comunicación y los mensajes deficientes que se transmitieron durante la pandemia de COVID-19 mermaron la confianza de la gente en las agencias e instituciones de salud. Esto, a su vez, causó problemas bien conocidos como la reticencia a la vacunación, el incumplimiento de las recomendaciones de usar tapabocas y otras medidas de protección, y desinformación general sobre el virus y la forma en que se transmite.

Según una encuesta llevada a cabo en 2021 por la Fundación Robert Wood Johnson y la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de Harvard, solo el 52 % de los estadounidenses confía ampliamente en los CDC, y solo el 37 % tiene amplia confianza en los Institutos Nacionales de la Administración de Alimentos y Medicamentos. A los departamentos de salud estatales les va un poquito mejor. Solo el 41 % de los estadounidenses confía en ellos (y el 44 %, en los departamentos locales de salud). La misma encuesta indica que las calificaciones positivas del sistema de salud pública cayeron del 43 % al 34 % entre 2009 y 2021.

Claramente, las agencias de salud pública deben recuperar la confianza del público, no solo para combatir crisis como las de la COVID-19 y la viruela del mono, sino también para abordar una gama más amplia de los problemas de salud vigentes. Este proceso debe comenzar con el compromiso de involucrar a la comunidad, asociarse con otros sectores (como los de vivienda y educación), comunicar eficazmente en todos los niveles, y mantener transparencia e integridad en la toma de decisiones.

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