WASHINGTON, DC/ESTAMBUL – La caída vertiginosa del presidente sirio Bashar al Assad refleja los cambios drásticos que han barrido el panorama estratégico de Oriente Medio en el último año. Tras el estallido de la guerra civil en Siria en 2011, Assad se aferró al poder durante más de diez años, a pesar de enfrentarse a una coalición de fuerzas respaldada por Estados Unidos y Turquía. Pero solo 11 días después de que el grupo rebelde Hayat Tahrir al-Sham (HTS) lanzara su ofensiva, Assad huyó a Rusia, poniendo fin al régimen de 50 años de su familia.
WASHINGTON, DC/ESTAMBUL – La caída vertiginosa del presidente sirio Bashar al Assad refleja los cambios drásticos que han barrido el panorama estratégico de Oriente Medio en el último año. Tras el estallido de la guerra civil en Siria en 2011, Assad se aferró al poder durante más de diez años, a pesar de enfrentarse a una coalición de fuerzas respaldada por Estados Unidos y Turquía. Pero solo 11 días después de que el grupo rebelde Hayat Tahrir al-Sham (HTS) lanzara su ofensiva, Assad huyó a Rusia, poniendo fin al régimen de 50 años de su familia.