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México necesita cambiar el curso

CIUDAD DE MÉXICO – El malestar político y económico de México podría ir de mal en peor en los próximos meses. La economía mexicana se ha venido estancando desde fines del año pasado. La crisis de migración desatada por el presidente norteamericano, Donald Trump, es humillante, y está ejerciendo una gran presión sobre los recursos del país. Y parece cada vez menos probable que el Congreso de Estados Unidos sancione el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) –destinado a reemplazar al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN)- antes de la elección presidencial estadounidense en 2020.

Frente a esta escalada de problemas, el gobierno mexicano, encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), ahora debe cambiar el curso drásticamente. En particular, debe abandonar su retórica de izquierda y su grandilocuencia doméstica, y dejar de doblegarse de manera indigna ante Trump en materia de migración y patrullas fronterizas.

México está haciendo el trabajo sucio de Trump en el área de inmigración de dos maneras. Primero, unas 58.000 personas en busca de asilo, principalmente de América Central, hoy están varadas en el lado sur de la frontera entre Estados Unidos y México. Muchas de ellas están allí como resultado del acuerdo “Quédense en México” de noviembre de 2018 entre la administración Trump y el nuevo gobierno de AMLO, según el cual los centroamericanos que lleguen a Estados Unidos en busca de asilo serán enviados de vuelta a México a la espera de su audiencia ante un funcionario norteamericano. Estas personas son ubicadas en refugios en condiciones abominables, o duermen en las calles de alguna de las ciudades más violentas del mundo. Han esperado varios meses o inclusive un año por una audiencia, pero ahora su espera probablemente sea infinita.

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