SALAMANCA – La eurozona está atrapada girando en un círculo infernal: la debilidad de los bancos deteriora la posición fiscal de los gobiernos respectivos, lo que a su vez pone en riesgo la estabilidad del sistema bancario. En los últimos dos años, la respuesta política se concentró sobre todo en reducir la influencia que va de los bancos a los gobiernos; por ejemplo, mediante la introducción de una autoridad supervisora común a toda la Unión Europea y los intentos de instituir un mecanismo único de resolución bancaria; pero se hizo caso omiso de los efectos en el otro sentido.
SALAMANCA – La eurozona está atrapada girando en un círculo infernal: la debilidad de los bancos deteriora la posición fiscal de los gobiernos respectivos, lo que a su vez pone en riesgo la estabilidad del sistema bancario. En los últimos dos años, la respuesta política se concentró sobre todo en reducir la influencia que va de los bancos a los gobiernos; por ejemplo, mediante la introducción de una autoridad supervisora común a toda la Unión Europea y los intentos de instituir un mecanismo único de resolución bancaria; pero se hizo caso omiso de los efectos en el otro sentido.