LONDRES – Al aceptar la nominación en la Convención Nacional del Partido Demócrata, detrás de Kamala Harris no había una sino seis banderas estadounidenses, enarboladas en astas doradas que lucían un águila calva en el tope. Cuando Harris terminó su discurso, descendieron del cielo raso globos blancos, rojos y azules, junto con estrellas de papel. La estética parecía más kitsch de la Torre de Trump que vanguardia de San Francisco.
LONDRES – Al aceptar la nominación en la Convención Nacional del Partido Demócrata, detrás de Kamala Harris no había una sino seis banderas estadounidenses, enarboladas en astas doradas que lucían un águila calva en el tope. Cuando Harris terminó su discurso, descendieron del cielo raso globos blancos, rojos y azules, junto con estrellas de papel. La estética parecía más kitsch de la Torre de Trump que vanguardia de San Francisco.