SAN FRANCISCO – El mundo se encuentra en un punto de inflexión histórico. Si hacemos que los medicamentos, las vacunas y otros instrumentos de salud estén disponibles para todos y reforzamos los estudios para desarrollar los del mañana, podríamos cerrar la brecha entre países ricos y pobres dentro de una generación. Para 2035 se podría alcanzar una “gran convergencia” de la salud global, reduciendo las muertes materno-infantiles prevenibles (entre las que se cuentan las causadas por enfermedades infecciosas) a niveles sin precedentes en todo el planeta. Para ello será necesaria una estrategia de inversión bien coordinada y orientada al futuro.
SAN FRANCISCO – El mundo se encuentra en un punto de inflexión histórico. Si hacemos que los medicamentos, las vacunas y otros instrumentos de salud estén disponibles para todos y reforzamos los estudios para desarrollar los del mañana, podríamos cerrar la brecha entre países ricos y pobres dentro de una generación. Para 2035 se podría alcanzar una “gran convergencia” de la salud global, reduciendo las muertes materno-infantiles prevenibles (entre las que se cuentan las causadas por enfermedades infecciosas) a niveles sin precedentes en todo el planeta. Para ello será necesaria una estrategia de inversión bien coordinada y orientada al futuro.