ESTAMBUL – El 29 de febrero de 2018, el prominente sitio noticioso azerbaiyano Meydan TV con base en Rusia sufrió el hackeo de su página de Facebook por primera vez. Los atacantes eliminaron las cuentas de todos los administradores, borraron todo el contenido y eliminaron a cerca de 100.000 seguidores.
El siguiente ataque informático ocurrió el 10 de mayo de 2019. Esta vez se eliminó la totalidad del contenido de Meydan TV en idioma ruso en la página de Facebook, junto con dos semanas de contenido en su página de Facebook en azerbaiyano. El tercer hackeo, del 18 de junio de 2020, hizo que Meydan TV perdiera todo su contenido de Facebook en idioma azerbaiyano desde 2018.
Tras estos ataques Meydan TV trató en vano de restablecer el contenido eliminado, y sus varios intentos de comunicarse con Facebook se encontraron con el contestador automático. Finalmente, y gracias a una intervención de terceros -la Línea de Ayuda de Seguridad Digital de Access Now-, los ejecutivos pudieron conectarse con un representante de Facebook, quien ni siquiera les pudo dar respuestas claras sobre los ataques ni compartir detalles acerca de la identidad de los perpetradores. “Estos ataques impiden que hagamos nuestro trabajo”, me dijo Matt Kasper, jefe de Meydan TV.
Las tribulaciones de Meydan TV ilustran el papel vital de las plataformas digitales en los ecosistemas noticiosos de los países autoritarios, y la desatención de estas sobre el peso de su responsabilidad. Los periodistas de Azerbaiyán ya enfrentan numerosas amenazas en línea y en el mundo real, lo que incluye intimidaciones y violencia, detenciones y arrestos ilegales, congelamiento de sus cuentas bancarias, prohibiciones de viajar, atascos legislativos, vigilancia y acoso estatal. La falta de transparencia de las plataformas tecnológicas y su ignorancia de las narrativas nacionales y los matices culturales agravan los riesgos que sufren las pequeñas redacciones noticiosas bajo regímenes opresivos.
A lo largo de la última década, una represión estatal sin precedentes sobre la sociedad civil ha hecho que los productores y consumidores de noticias en Azerbaiyán dependan de plataformas digitales, en particular Facebook, para nutrirse de noticias, compartir información y acceder a visiones críticas. El gobierno ha bloqueado el acceso a por lo menos diez sitios web de noticias desde 2017, entre ellos varios medios líderes, dejando en la práctica a las redes sociales como la fuente primaria de noticias y reportajes independientes.
Al mismo tiempo, el gobierno azerbaiyano ha endurecido la represión en línea. Mediante su monopolio de la infraestructura de tecnologías de la información del país, ha interrumpido el acceso a la internet, prohibido de forma temporal servicios de redes sociales como TikTok, lanzado ataques de DDoS y utilizado varias herramientas de vigilancia digital, entre ellas el spyware israelita Pegasus, para apuntar y censurar a activistas y periodistas. Freedom House, entidad observadora de la democracia en el planeta, hoy considera que la internet en Azerbaiyán “no es libre”.
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En febrero, el gobierno de Azerbaiyán promulgó una ley de medios restrictiva que hace mucho más fácil bloquear sitios de noticias, obligando a más medios como Meydan TV, uno de los primeros sitios web en ser prohibidos en 2017, a depender de las redes sociales para alcanzar audiencias. Pero, si bien estas plataformas de hecho se han convertido en extensiones de las redacciones de noticias independientes, las consideraciones que subyacen a su toma de decisiones siguen en el misterio. Dado que los periodistas ya están siendo silenciados por el gobierno, “no queremos que las plataformas también lo hagan”, señala Kayser.
A menudo, las decisiones de moderación de contenido de las plataformas tecnológicas parecen opacas y arbitrarias. Cuando Meydan TV pidió a Facebook que eliminara una página falsa que usaba su logo para detectar y acosar a personal actual y antiguo en 2020, la plataforma se negó a intervenir porque eso no violaba sus normas comunitarias. Mientras tanto, la página falsa seguía compartiendo los nombres y las fotos de empleados actuales y anteriores de Meydan, bajo la equivocada afirmación de que el “verdadero objetivo” de ese medio era ensuciar la reputación mundial de Azerbaiyán en beneficio de Armenia. Una vez más, fue necesaria la intervención de un tercero para convencer a Facebook de que respondiera. Si bien eliminó la página, se negó a dar detalles sobre la identidad de los hechores, y apenas se limitó a decir en un correo electrónico que había tomado “medidas adecuadas” no especificadas.
Esta conducta está en agudo contraste con las promesas de su fundador Mark Zuckerberg de hacer que su compañía -conocida hoy como Meta- sea más transparente y atenta a cómo los malos actores podrían abusar de sus plataformas. Tras un manifiesto publicado en 2017 en que Zuckerberg destacó el “impacto positivo” de Facebook sobre el mundo, sus ejecutivos comenzaron a sostener reuniones mensuales con los grupos de usuarios “más activos” para apoyar comunidades locales. Sin embargo, Meta no ha mostrado el mismo compromiso hacia países en que existen regímenes autoritarios que restringen las libertades civiles.
Si Facebook es seria acerca de ser una fuerza positiva, no hay escasez de orientación al respecto. Numerosas organizaciones internacionales han sugerido pasos similares para aumentar la rendición de cuentas y la transparencia de este tipo de plataformas. En 2019, un informe conjunto de Oxford y Stanford propuso que Facebook contrate más revisores de contenido con competencias contextuales, aclare los criterios para su toma de decisiones y establezca una entidad de apelaciones externa.
¿Implementará Facebook estos cambios? Su respuesta a un informe reciente que examinó su moderación de contenidos durante el conflicto de 2021 entre Israel, Hamás y la Yihad Islámica en Gaza es un ejemplo instructivo. Encargado por Meta a la consultora BSR, el informe encontró que Facebook había perjudicado los derechos humanos y la libre expresión de los palestinos, debido a errores de políticas acaecidos por una “falta de supervisión” y una comprensión insuficiente del dialecto árabe local y las dinámicas políticas más amplias. BSR recomendó varios pasos para mejorar las prácticas de moderación de la plataforma, como algoritmos lingüísticamente compatibles, moderadores familiarizados con los dialectos locales y sus matices culturales, y una mayor supervisión de los moderadores externalizados.
Pero, en lugar de anunciar la reforma de sus políticas, la actitud de Meta frente al informe fue decir que su respuesta “no se debería interpretar como una admisión, aceptación o acuerdo” de los hallazgos o conclusiones de BSR. De manera similar, si bien la empresa se refirió a los pasos que ha adoptado o tiene planes de adoptar, “ello no apunta a implicar que Meta tomaría o tomará pasos acerca de” otras plataformas de las que es propietaria, como WhatsApp.
No son buenos augurios para Meydan TV. Facebook podría ayudar a proteger el periodismo independiente y promover la libertad en internet si se implicara con los productores de noticias locales y les pidiera sus comentarios acerca de las políticas de cumplimiento de la compañía. Lamentablemente, parece que tiene otros objetivos en mente.
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ESTAMBUL – El 29 de febrero de 2018, el prominente sitio noticioso azerbaiyano Meydan TV con base en Rusia sufrió el hackeo de su página de Facebook por primera vez. Los atacantes eliminaron las cuentas de todos los administradores, borraron todo el contenido y eliminaron a cerca de 100.000 seguidores.
El siguiente ataque informático ocurrió el 10 de mayo de 2019. Esta vez se eliminó la totalidad del contenido de Meydan TV en idioma ruso en la página de Facebook, junto con dos semanas de contenido en su página de Facebook en azerbaiyano. El tercer hackeo, del 18 de junio de 2020, hizo que Meydan TV perdiera todo su contenido de Facebook en idioma azerbaiyano desde 2018.
Tras estos ataques Meydan TV trató en vano de restablecer el contenido eliminado, y sus varios intentos de comunicarse con Facebook se encontraron con el contestador automático. Finalmente, y gracias a una intervención de terceros -la Línea de Ayuda de Seguridad Digital de Access Now-, los ejecutivos pudieron conectarse con un representante de Facebook, quien ni siquiera les pudo dar respuestas claras sobre los ataques ni compartir detalles acerca de la identidad de los perpetradores. “Estos ataques impiden que hagamos nuestro trabajo”, me dijo Matt Kasper, jefe de Meydan TV.
Las tribulaciones de Meydan TV ilustran el papel vital de las plataformas digitales en los ecosistemas noticiosos de los países autoritarios, y la desatención de estas sobre el peso de su responsabilidad. Los periodistas de Azerbaiyán ya enfrentan numerosas amenazas en línea y en el mundo real, lo que incluye intimidaciones y violencia, detenciones y arrestos ilegales, congelamiento de sus cuentas bancarias, prohibiciones de viajar, atascos legislativos, vigilancia y acoso estatal. La falta de transparencia de las plataformas tecnológicas y su ignorancia de las narrativas nacionales y los matices culturales agravan los riesgos que sufren las pequeñas redacciones noticiosas bajo regímenes opresivos.
A lo largo de la última década, una represión estatal sin precedentes sobre la sociedad civil ha hecho que los productores y consumidores de noticias en Azerbaiyán dependan de plataformas digitales, en particular Facebook, para nutrirse de noticias, compartir información y acceder a visiones críticas. El gobierno ha bloqueado el acceso a por lo menos diez sitios web de noticias desde 2017, entre ellos varios medios líderes, dejando en la práctica a las redes sociales como la fuente primaria de noticias y reportajes independientes.
Al mismo tiempo, el gobierno azerbaiyano ha endurecido la represión en línea. Mediante su monopolio de la infraestructura de tecnologías de la información del país, ha interrumpido el acceso a la internet, prohibido de forma temporal servicios de redes sociales como TikTok, lanzado ataques de DDoS y utilizado varias herramientas de vigilancia digital, entre ellas el spyware israelita Pegasus, para apuntar y censurar a activistas y periodistas. Freedom House, entidad observadora de la democracia en el planeta, hoy considera que la internet en Azerbaiyán “no es libre”.
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A menudo, las decisiones de moderación de contenido de las plataformas tecnológicas parecen opacas y arbitrarias. Cuando Meydan TV pidió a Facebook que eliminara una página falsa que usaba su logo para detectar y acosar a personal actual y antiguo en 2020, la plataforma se negó a intervenir porque eso no violaba sus normas comunitarias. Mientras tanto, la página falsa seguía compartiendo los nombres y las fotos de empleados actuales y anteriores de Meydan, bajo la equivocada afirmación de que el “verdadero objetivo” de ese medio era ensuciar la reputación mundial de Azerbaiyán en beneficio de Armenia. Una vez más, fue necesaria la intervención de un tercero para convencer a Facebook de que respondiera. Si bien eliminó la página, se negó a dar detalles sobre la identidad de los hechores, y apenas se limitó a decir en un correo electrónico que había tomado “medidas adecuadas” no especificadas.
Esta conducta está en agudo contraste con las promesas de su fundador Mark Zuckerberg de hacer que su compañía -conocida hoy como Meta- sea más transparente y atenta a cómo los malos actores podrían abusar de sus plataformas. Tras un manifiesto publicado en 2017 en que Zuckerberg destacó el “impacto positivo” de Facebook sobre el mundo, sus ejecutivos comenzaron a sostener reuniones mensuales con los grupos de usuarios “más activos” para apoyar comunidades locales. Sin embargo, Meta no ha mostrado el mismo compromiso hacia países en que existen regímenes autoritarios que restringen las libertades civiles.
Si Facebook es seria acerca de ser una fuerza positiva, no hay escasez de orientación al respecto. Numerosas organizaciones internacionales han sugerido pasos similares para aumentar la rendición de cuentas y la transparencia de este tipo de plataformas. En 2019, un informe conjunto de Oxford y Stanford propuso que Facebook contrate más revisores de contenido con competencias contextuales, aclare los criterios para su toma de decisiones y establezca una entidad de apelaciones externa.
¿Implementará Facebook estos cambios? Su respuesta a un informe reciente que examinó su moderación de contenidos durante el conflicto de 2021 entre Israel, Hamás y la Yihad Islámica en Gaza es un ejemplo instructivo. Encargado por Meta a la consultora BSR, el informe encontró que Facebook había perjudicado los derechos humanos y la libre expresión de los palestinos, debido a errores de políticas acaecidos por una “falta de supervisión” y una comprensión insuficiente del dialecto árabe local y las dinámicas políticas más amplias. BSR recomendó varios pasos para mejorar las prácticas de moderación de la plataforma, como algoritmos lingüísticamente compatibles, moderadores familiarizados con los dialectos locales y sus matices culturales, y una mayor supervisión de los moderadores externalizados.
Pero, en lugar de anunciar la reforma de sus políticas, la actitud de Meta frente al informe fue decir que su respuesta “no se debería interpretar como una admisión, aceptación o acuerdo” de los hallazgos o conclusiones de BSR. De manera similar, si bien la empresa se refirió a los pasos que ha adoptado o tiene planes de adoptar, “ello no apunta a implicar que Meta tomaría o tomará pasos acerca de” otras plataformas de las que es propietaria, como WhatsApp.
No son buenos augurios para Meydan TV. Facebook podría ayudar a proteger el periodismo independiente y promover la libertad en internet si se implicara con los productores de noticias locales y les pidiera sus comentarios acerca de las políticas de cumplimiento de la compañía. Lamentablemente, parece que tiene otros objetivos en mente.
Traducido del inglés por David Meléndez Tormen