albright3_Leonardo Fernandez ViloriaGetty Images_learning at home Leonardo Fernandez Viloria/Getty Images

Una transformación radicalmente inclusiva para la educación

WASHINGTON DC/FREETOWN – El coronavirus cerró las puertas de las escuelas para más de mil millones de niños en todo el mundo. Debido a que la gran mayoría de ellos no ha podido hacer la transición a la educación en línea, los cierres de las escuelas ampliaron la brecha preexistente entre cuánto aprenden los niños ricos y cuánto aprenden los niños pobres.

Los desafíos son mayores en los países más pobres. En el África subsahariana, por ejemplo, aproximadamente uno de cada diez estudiantes tiene una computadora en casa, y más de la mitad viven en hogares sin electricidad. Las conexiones a Internet poco fiables, el acceso limitado a dispositivos móviles y los altos costos hacen que en dichos países el aprendizaje por medios electrónicos esté aún más fuera del alcance.

Inclusive antes de la pandemia COVID-19, los países en desarrollo se enfrentaban a una crisis educativa grave. Hoy en día, el 53% de los niños de los países de ingresos bajos y medianos no pueden leer ni entender una historia sencilla antes de cumplir los diez años de edad. En los países más pobres, este porcentaje incluso llega al 80%. A medida que se prolongan los cierres de escuelas, esta crisis corre el riesgo de convertirse en una catástrofe.

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