strain9_Win McNameeGetty Images_house debt ceiling Win McNamee/Getty Images

Evitar un desastre de techo de deuda

WASHINGTON, DC – Los miembros republicanos de la Cámara de Representantes de Estados Unidos se tomaron más de cuatro días y 15 rondas de votación para decidir quién sería el próximo presidente de la Cámara. Si bien la cobertura periodística de este proceso fue muy exagerada -no fue una “crisis” ni nada parecido-, esto no significa que no habrá crisis en los próximos meses.

Más avanzado este año, el endeudamiento federal aumentará hasta su límite legal a menos que el Congreso pueda acordar incrementar o suspender el “techo de deuda”. Si el Congreso no actúa, el gobierno federal no podrá emitir nueva deuda con la cual honrar todas sus obligaciones financieras, como los pagos de intereses a los tenedores de bonos, los salarios a los soldados y los beneficios a los receptores de la Seguridad Social.

Aumentar el techo de deuda debería ser -y muchas veces lo ha sido- una cuestión de rutina. No autoriza ningún gasto nuevo. Más bien, le otorga a la rama ejecutiva la capacidad de endeudamiento que necesita para cumplir con los compromisos de gasto existentes. Es el Congreso el que decide los niveles de gasto y las tasas impositivas y, cuando establece que el gasto federal es más alto que el ingreso federal, implícitamente determina el volumen del déficit presupuestario. Aumentar el techo de deuda simplemente da lugar al endeudamiento necesario para cumplir con las obligaciones que el propio Congreso ha creado.

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