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Socialismo pandémico

NUEVA YORK – Irónicamente, justo cuando Bernie Sanders, el «socialista democrático» suspendió su campaña presidencial en Estados Unidos, muchas de las políticas que propuso comienzan a ser necesarias en el mundo. Las medidas de distanciamiento social para mitigar la pandemia de COVID-19 han trastocado tanto la producción como los flujos de ingresos de los hogares. Pero la eficacia del distanciamiento social podría verse socavada por los trabajadores que carecen de seguros de salud y licencias por enfermedad adecuados, indemnizaciones por desempleo, ahorros u otras formas de sostener sus ingresos. Estas personas sentirán que no tienen opción más que seguir trabajando, a pesar de los riesgos para la salud. El seguro de salud universal parece una consecuencia inevitable incluso en EE. UU., donde Sanders —virtualmente solo entre los políticos nacionales— ha sido su defensor durante décadas.

Al mismo tiempo, los impactos sobre la oferta y la demanda originales —que afectaron al empleo y el consumo a los hogares, respectivamente— por la crisis de la COVID-19 están siendo intensificados por la ruptura de las cadenas de aprovisionamiento mundiales, nacionales, regionales y locales. Todos estos golpes a la economía real están afectando también al sistema financiero.

Bajo estas condiciones, los bancos centrales tienen un papel fundamental que desempeñar para evitar que los alterados mercados financieros empeoren la presión que sufren las empresas no financieras y los hogares. Como mínimo, los bancos centrales deben intervenir para garantizar una amplia liquidez en mercados clave, incluidos los de deuda gubernamental, títulos comerciales y valores clave respaldados con activos, como hipotecas residenciales y comerciales.

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