laurent_ Wu JunjieChina News ServiceVCG via Getty Images_china pollution Wu Junjie/China News Service/VCG via Getty Images

El milagro desmitificador de China

PARÍS – Hace cuarenta años, el 29 de diciembre de 1978, el 11.º Comité Central del Partido Comunista de China emitió el comunicado oficial de su tercera sesión plenaria, dando inicio al mayor experimento de crecimiento económico de la historia de la humanidad. En neolengua comprensible para los iniciados del PCC, la dirigencia del país (actuando como transmisora de los deseos de Deng Xiaoping) anunció una serie de “modernizaciones” inéditas que transformarían a uno de los países menos desarrollados del mundo en una de sus principales potencias económicas.

En 2014 China superó a Estados Unidos como mayor economía del mundo (por paridad del poder adquisitivo). Su PIB per cápita, que en 1980 era 40 veces inferior al de Estados Unidos, se multiplicó por 58, y ahora es apenas 3,4 veces inferior (según datos del FMI). Es decir que en la práctica, alrededor del 15% de la humanidad ha visto sus ingresos crecer a un promedio del 10% cada año durante cuatro décadas.

Pero el vertiginoso ascenso de China también refutó tres de los más grandes mitos referidos a los efectos del crecimiento económico. El primero es que el crecimiento reduce la desigualdad y aumenta la felicidad. En 1955 el economista Simon Kuznets postuló que conforme los países atraviesan el desarrollo económico, la desigualdad de ingresos primero debería aumentar marcadamente y luego reducirse, siguiendo la forma de una “U” invertida o campana. Pero dado el ritmo de crecimiento económico que tuvo China desde 1978, su experiencia es la mayor refutación que haya habido de esta afirmación.

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