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La confusa matemática fiscal de Biden

NUEVA YORK – Ahora que la administración del presidente norteamericano, Joe Biden, ha propuesto un Plan de Empleo Estadounidense y un Plan para las Familias Estadounidenses, está buscando por lo menos 4 billones de dólares de ingresos impositivos adicionales. A diferencia de los seis programas fiscales relacionados con la pandemia que se implementaron entre el 6 de marzo de 2020 y el 11 de marzo de 2021, estos nuevos paquetes de gasto no están destinados a ofrecer un estímulo económico inmediato. Como son programas sociales y redistributivos que se centran más en el lado de la oferta, necesitarán estar financiados con mayores impuestos o con recortes del gasto. Y si tenemos en cuenta que este tipo de recortes compensatorios no están en consideración, los incrementos impositivos parecen inevitables.

Por supuesto, la brecha de ingresos podría terminar siendo considerablemente mayor que 4 billones de dólares si el Plan de Rescate Estadounidense de 1,9 billones de dólares implementado en marzo pasado no se puede cubrir del todo sólo con mayores déficits. En ese caso, la administración Biden tal vez necesite agregar otro billón de dólares a su meta de ingresos tributarios. Pero para los fines actuales, consideraremos qué hará falta para recaudar 4 billones de dólares.

El Plan de Empleo Estadounidense es un programa de gasto y de créditos impositivos de ocho años que requiere 2,25 billones de dólares de nuevo financiamiento tributario, y se espera que el Plan para las Familias Estadounidenses (todavía incipiente) sea aproximadamente del tamaño del Plan de Rescate Estadounidense. En ambos casos, los gastos adicionales se producirán en el transcurso de diez años, lo que exigirá otros 400.000 millones de dólares anuales durante los próximos diez años. Esta meta es alcanzable, pero la carga muy probablemente recaerá no sólo en los ricos sino también en la clase media.

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