A high tech art installation Chris McGrath/Getty Images

Abrazar la nueva era de la automatización

LONDRES – Desde que los trabajadores textiles de principios del siglo XIX destruyeron los telares mecánicos que amenazaban su sustento, los debates sobre la automatización han conjurado escenarios pesimistas sobre el futuro del trabajo. Ahora que estamos frente a otra era de automatización, ¿cuán nerviosos deberíamos estar sobre el futuro de nuestra propia subsistencia?

Un informe reciente del McKinsey Global Institute estima que, dependiendo del nivel de desarrollo de un país, los avances en la automatización exigirán que 3-14% de los trabajadores en todo el mundo cambien de ocupación o mejoren sus capacidades para el año 2030. Aproximadamente el 10% de todos los empleos en Europa ya han desaparecido desde 1990 durante la primera ola de cambio tecnológico basado en rutinas. Y con los progresos en la inteligencia artificial (IA), que afecta a un rango más amplio de tareas, ese porcentaje podría duplicarse en los próximos años.

Históricamente, el desplazamiento laboral se ha producido en olas, primero con el cambio estructural de la agricultura a la industria, y luego con el traspaso de la industria a los servicios. Pero a lo largo de este proceso, las alzas de la productividad han sido reinvertidas para crear nuevas innovaciones, empleos e industrias, lo que genera un crecimiento económico en tanto los empleos antiguos y menos productivos son reemplazados por ocupaciones más avanzadas.

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