WASHINGTON DC/UPPSALA – Cuando la Organización Mundial de la Salud lanzó el año pasado la “Semana mundial de concienciación sobre el uso de los antimicrobianos”, amplió el enfoque de la campaña de únicamente los antibióticos a todos los antimicrobianos, es decir incluyendo los antirretrovirales, los antifúngicos y los antiprotozoarios. La OMS dijo que encuadrar la respuesta a la resistencia a los antibióticos (RAB) dentro de la agenda más amplia de la resistencia a los antimicrobianos (RAM), en la cual se incluye al VIH y la malaria, “facilitaría la sinergia programática y la eficiencia, a la vez que catalizaría acciones a nivel nacional para combatir las infecciones resistentes a los medicamentos”. Pero, si bien hay muchos aspectos en común entre la RAB y la RAM, también existen importantes diferencias que justifican prestar atención específica a los antibióticos.
WASHINGTON DC/UPPSALA – Cuando la Organización Mundial de la Salud lanzó el año pasado la “Semana mundial de concienciación sobre el uso de los antimicrobianos”, amplió el enfoque de la campaña de únicamente los antibióticos a todos los antimicrobianos, es decir incluyendo los antirretrovirales, los antifúngicos y los antiprotozoarios. La OMS dijo que encuadrar la respuesta a la resistencia a los antibióticos (RAB) dentro de la agenda más amplia de la resistencia a los antimicrobianos (RAM), en la cual se incluye al VIH y la malaria, “facilitaría la sinergia programática y la eficiencia, a la vez que catalizaría acciones a nivel nacional para combatir las infecciones resistentes a los medicamentos”. Pero, si bien hay muchos aspectos en común entre la RAB y la RAM, también existen importantes diferencias que justifican prestar atención específica a los antibióticos.