El conflicto en el Medio Oriente (Palestina contra Israel en este momento, e Iraq a continuación) crea serios riesgos para el crecimiento y la estabilidad financiera. Para entender la severidad de estos riesgos analicemos primero lo que es poco probable que suceda.
A pesar de lo aparatoso de sus posturas, ni Iraq ni Irán montarán un embargo petrolero efectivo en contra de los EU. En primer lugar, su fijación de oponerse a Estados Unidos no incluye sacrificar las ventas de petróleo que les son esenciales para mantener trabajando a sus economías maltrechas. Ambos países reconocen que si se niegan a venderle petróleo a Estados Unidos, otros países (Rusia y México) llenarán el vacío. Por ello, un embargo petrolero Irán-Iraq está destinado a no ser efectivo. Lo único que sucederá es que perderán dinero.
Incluso Saddam es lo suficientemente listo para evitar esta trampa, así que él y los ayatolas en Irán seguirán vociferando y amenazando y así harán que los precios del petróleo suban un poco. Nada más serio que eso. Para sus espectadores árabes, amenazar es una prueba de liderazgo casi tan válida como el hacer algo realmente.
Los verdaderos riesgos para el petróleo son las hostilidades abiertas o el sabotaje a instalaciones petroleras. Lo que importa aquí no son los campos petrolíferos sino los ductos, las refinerías y los puertos (que influyen sobre el precio spot porque determinan la disponibilidad inmediata del petróleo). Como vimos en la Guerra del Golfo, el riesgo de daños a las refinerías elevó los precios spot dramáticamente: 40 dólares en ese momento. Esta vez, el precio seguramente se elevaría más porque los riesgos, incluyendo el sabotaje, son más amplios.
Esto casi seguramente sucedería si los EU se enfrentan con Iraq. En principio, Arabia Saudita podría contrarrestar un aumento del precio incrementando su producción. Sin embargo, una cosa es que Arabia Saudita no se una a un embargo y otra que debilite la política del petróleo inundando el mercado en una acción pro-EU. Arabia Saudita da muestras de inestabilidad, por lo que seguirá tratando de no malquistarse con ninguno de los bandos. La utilización de la enorme reserva estratégica de petróleo de Estados Unidos mantendrá bajos los precios del petróleo durante un tiempo, pero en cuanto empiecen las hostilidades con Iraq, los precios del petróleo se dispararán.
¿Cuándo podría suceder eso? Los Estados Unidos exigen que Iraq cumpla tres condiciones (promover la estabilidad regional, terminar sus intentos por obtener armas de destrucción masiva y acabar con la represión de su propio pueblo) con las que Saddam nunca estará de acauerdo. Así, Saddam está condenado y no importa que Europa coopere con los EU o no. El problema, como en 1991, es que no hay un gobierno adecuado para llenar el vacío, uno aceptable para la región y para los EU. Ese asunto y la debacle entre Palestina e Israel que sigue sin resolverse están demorando alguna acción inmediata. Eso significa que los precios del petróleo se mantendrán altos (tal vez más altos aún) durante algún tiempo.
At a time of escalating global turmoil, there is an urgent need for incisive, informed analysis of the issues and questions driving the news – just what PS has always provided.
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Un shock petrolero golpeará a los consumidores en EU, pero también en Europa y Asia. Tendrán menos capacidad de gasto, la demanda caerá y el crecimiento será lento, como sucedió durante la Guerra del Golfo. Una desaceleración de la economía de los EU y del mundo, a su vez, será perjudicial para los mercados de valores y pondrá a los bancos centrales en la incómoda posición de tener que decidir entre el combate a la recesión a través de dinero más fácil o el combate a la inflación provocada por el aumento en los precios del petróleo mediante la elevación de las tasas de interés. Si lo que impera son las restricciones, nos podemos despedir de un mercado accionario a la alza. Es cierto que el petróleo es mucho menos importante para las economías industrializadas que antes, pero 10 dólares de más en los costos por barril representan un shock enorme que golpeará con fuerza.
Suponiendo que todo esto suceda, ¿qué pasará con el dólar? Hasta ahora, el dólar sigue fuerte frente a Europa (no demasiado fuerte; un tipo de cambio de 1.10 dólares por Euro nunca fue tasa de equilibrio) pero se mantuvo por el desempeño del crecimiento relativo de EU y por la imagen de este país como la superestrella económica del mundo. El papel de superestrella se ve reforzado por los logros militares, pero resulta seriamente dañado cuando se atascan en la desaprobación mundial, de los verdes, los globalifóbicos, los pacifistas a ultranza, el cinismo europeo y los grupos pro-árabes.
Con una economía que no superará a la de Europa en circunstancias tan adversas y con una imagen manchada, el dólar estará en riesgo de una caída importante. Lo único que podría mantener al dólar en un nivel cercano al actual sería un mal desempeño económico de Europa. Después de todo, culpar a los EU es principalmente una forma de desviar la atención del fracasado liderazgo de Europa a las luchas de otro país por un mundo mejor (incluyendo la continuación de la existencia de Israel) y por una economía mundial más fuerte. Después de todo, los problemas que afligen al Sr. Schroeder o al Sr. Berlusconi o a Messieurs Chirac y Jospin no son de los que cambian al mundo.
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By choosing to side with the aggressor in the Ukraine war, President Donald Trump’s administration has effectively driven the final nail into the coffin of US global leadership. Unless Europe fills the void – first and foremost by supporting Ukraine – it faces the prospect of more chaos and conflict in the years to come.
For most of human history, economic scarcity was a constant – the condition that had to be escaped, mitigated, or rationalized. Why, then, is scarcity's opposite regarded as a problem?
asks why the absence of economic scarcity is viewed as a problem rather than a cause for celebration.
El conflicto en el Medio Oriente (Palestina contra Israel en este momento, e Iraq a continuación) crea serios riesgos para el crecimiento y la estabilidad financiera. Para entender la severidad de estos riesgos analicemos primero lo que es poco probable que suceda.
A pesar de lo aparatoso de sus posturas, ni Iraq ni Irán montarán un embargo petrolero efectivo en contra de los EU. En primer lugar, su fijación de oponerse a Estados Unidos no incluye sacrificar las ventas de petróleo que les son esenciales para mantener trabajando a sus economías maltrechas. Ambos países reconocen que si se niegan a venderle petróleo a Estados Unidos, otros países (Rusia y México) llenarán el vacío. Por ello, un embargo petrolero Irán-Iraq está destinado a no ser efectivo. Lo único que sucederá es que perderán dinero.
Incluso Saddam es lo suficientemente listo para evitar esta trampa, así que él y los ayatolas en Irán seguirán vociferando y amenazando y así harán que los precios del petróleo suban un poco. Nada más serio que eso. Para sus espectadores árabes, amenazar es una prueba de liderazgo casi tan válida como el hacer algo realmente.
Los verdaderos riesgos para el petróleo son las hostilidades abiertas o el sabotaje a instalaciones petroleras. Lo que importa aquí no son los campos petrolíferos sino los ductos, las refinerías y los puertos (que influyen sobre el precio spot porque determinan la disponibilidad inmediata del petróleo). Como vimos en la Guerra del Golfo, el riesgo de daños a las refinerías elevó los precios spot dramáticamente: 40 dólares en ese momento. Esta vez, el precio seguramente se elevaría más porque los riesgos, incluyendo el sabotaje, son más amplios.
Esto casi seguramente sucedería si los EU se enfrentan con Iraq. En principio, Arabia Saudita podría contrarrestar un aumento del precio incrementando su producción. Sin embargo, una cosa es que Arabia Saudita no se una a un embargo y otra que debilite la política del petróleo inundando el mercado en una acción pro-EU. Arabia Saudita da muestras de inestabilidad, por lo que seguirá tratando de no malquistarse con ninguno de los bandos. La utilización de la enorme reserva estratégica de petróleo de Estados Unidos mantendrá bajos los precios del petróleo durante un tiempo, pero en cuanto empiecen las hostilidades con Iraq, los precios del petróleo se dispararán.
¿Cuándo podría suceder eso? Los Estados Unidos exigen que Iraq cumpla tres condiciones (promover la estabilidad regional, terminar sus intentos por obtener armas de destrucción masiva y acabar con la represión de su propio pueblo) con las que Saddam nunca estará de acauerdo. Así, Saddam está condenado y no importa que Europa coopere con los EU o no. El problema, como en 1991, es que no hay un gobierno adecuado para llenar el vacío, uno aceptable para la región y para los EU. Ese asunto y la debacle entre Palestina e Israel que sigue sin resolverse están demorando alguna acción inmediata. Eso significa que los precios del petróleo se mantendrán altos (tal vez más altos aún) durante algún tiempo.
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Un shock petrolero golpeará a los consumidores en EU, pero también en Europa y Asia. Tendrán menos capacidad de gasto, la demanda caerá y el crecimiento será lento, como sucedió durante la Guerra del Golfo. Una desaceleración de la economía de los EU y del mundo, a su vez, será perjudicial para los mercados de valores y pondrá a los bancos centrales en la incómoda posición de tener que decidir entre el combate a la recesión a través de dinero más fácil o el combate a la inflación provocada por el aumento en los precios del petróleo mediante la elevación de las tasas de interés. Si lo que impera son las restricciones, nos podemos despedir de un mercado accionario a la alza. Es cierto que el petróleo es mucho menos importante para las economías industrializadas que antes, pero 10 dólares de más en los costos por barril representan un shock enorme que golpeará con fuerza.
Suponiendo que todo esto suceda, ¿qué pasará con el dólar? Hasta ahora, el dólar sigue fuerte frente a Europa (no demasiado fuerte; un tipo de cambio de 1.10 dólares por Euro nunca fue tasa de equilibrio) pero se mantuvo por el desempeño del crecimiento relativo de EU y por la imagen de este país como la superestrella económica del mundo. El papel de superestrella se ve reforzado por los logros militares, pero resulta seriamente dañado cuando se atascan en la desaprobación mundial, de los verdes, los globalifóbicos, los pacifistas a ultranza, el cinismo europeo y los grupos pro-árabes.
Con una economía que no superará a la de Europa en circunstancias tan adversas y con una imagen manchada, el dólar estará en riesgo de una caída importante. Lo único que podría mantener al dólar en un nivel cercano al actual sería un mal desempeño económico de Europa. Después de todo, culpar a los EU es principalmente una forma de desviar la atención del fracasado liderazgo de Europa a las luchas de otro país por un mundo mejor (incluyendo la continuación de la existencia de Israel) y por una economía mundial más fuerte. Después de todo, los problemas que afligen al Sr. Schroeder o al Sr. Berlusconi o a Messieurs Chirac y Jospin no son de los que cambian al mundo.