BERLÍN – El traspaso pacífico del poder presidencial ha sido una norma política en Estados Unidos desde el final del segundo mandato de George Washington, hace 228 años. A pesar de una sangrienta guerra civil en la década de 1860, esta tradición ha sido un sello distintivo de estabilidad que sitúa a Estados Unidos como la democracia más antigua del mundo moderno. Con el aumento de su influencia internacional (sobre todo tras las dos guerras mundiales del siglo XX), el sistema de gobierno estadounidense se fue volviendo, cada vez más, un modelo para el resto del mundo.
BERLÍN – El traspaso pacífico del poder presidencial ha sido una norma política en Estados Unidos desde el final del segundo mandato de George Washington, hace 228 años. A pesar de una sangrienta guerra civil en la década de 1860, esta tradición ha sido un sello distintivo de estabilidad que sitúa a Estados Unidos como la democracia más antigua del mundo moderno. Con el aumento de su influencia internacional (sobre todo tras las dos guerras mundiales del siglo XX), el sistema de gobierno estadounidense se fue volviendo, cada vez más, un modelo para el resto del mundo.