LONDRES – Muchos piensan que el mercado del bitcoin (la principal criptomoneda del mundo) es un juego de ganadores y perdedores reservado a fondos de cobertura, inversores aficionados, fanáticos de la tecnología y delincuentes. Por el enorme riesgo que conlleva, una moneda digital anónima sumamente volátil sólo es adecuada para quienes entienden el juego bien (o no tienen nada que temer porque pueden mitigar los riesgos o absorber cualquier pérdida). Pero el bitcoin está empezando a llamar la atención de países y personas con acceso limitado a sistemas de pago convencionales; precisamente los actores menos preparados para manejar los riesgos subyacentes.
LONDRES – Muchos piensan que el mercado del bitcoin (la principal criptomoneda del mundo) es un juego de ganadores y perdedores reservado a fondos de cobertura, inversores aficionados, fanáticos de la tecnología y delincuentes. Por el enorme riesgo que conlleva, una moneda digital anónima sumamente volátil sólo es adecuada para quienes entienden el juego bien (o no tienen nada que temer porque pueden mitigar los riesgos o absorber cualquier pérdida). Pero el bitcoin está empezando a llamar la atención de países y personas con acceso limitado a sistemas de pago convencionales; precisamente los actores menos preparados para manejar los riesgos subyacentes.