PRINCETON – Fui criado en Escocia con la enseñanza de que los agentes de policía eran aliados nuestros y que podía pedirles ayuda cuando la necesitase. Imaginen mi sorpresa, cuando tenía 19 años y durante mi primera visita a los Estados Unidos, al recibir una sarta de obscenidades de un policía de Nueva York que dirigía el tráfico en Times Square después de que le pedí instrucciones para llegar a la oficina de correos más cercana. En mi confusión posterior, deposité los documentos urgentes de mi jefe en un bote de basura que, para mí, de verdad se veía como un buzón.
PRINCETON – Fui criado en Escocia con la enseñanza de que los agentes de policía eran aliados nuestros y que podía pedirles ayuda cuando la necesitase. Imaginen mi sorpresa, cuando tenía 19 años y durante mi primera visita a los Estados Unidos, al recibir una sarta de obscenidades de un policía de Nueva York que dirigía el tráfico en Times Square después de que le pedí instrucciones para llegar a la oficina de correos más cercana. En mi confusión posterior, deposité los documentos urgentes de mi jefe en un bote de basura que, para mí, de verdad se veía como un buzón.