WASHINGTON DC – Desde que se posesionó el actual gobierno en la Casa Blanca de Estados Unidos, las conversaciones sobre desarrollo internacional a menudo se convierten en un lamento comunal. Se transforman en una especie de plañidera elegía, incluso entre los más optimistas.
WASHINGTON DC – Desde que se posesionó el actual gobierno en la Casa Blanca de Estados Unidos, las conversaciones sobre desarrollo internacional a menudo se convierten en un lamento comunal. Se transforman en una especie de plañidera elegía, incluso entre los más optimistas.