SÃO PAULO – La insurrección del 8 de enero en la capital brasileña se debió a una combinación de factores: influyeron el delirio, la pasión, obstinación y resentimiento de los participantes, así como su falta de educación y desconocimiento de la política. Aunque ninguno de esos factores justifique lo ocurrido, pueden ayudarnos a entender su porqué.
SÃO PAULO – La insurrección del 8 de enero en la capital brasileña se debió a una combinación de factores: influyeron el delirio, la pasión, obstinación y resentimiento de los participantes, así como su falta de educación y desconocimiento de la política. Aunque ninguno de esos factores justifique lo ocurrido, pueden ayudarnos a entender su porqué.