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La disrupción de los disruptores

STANFORD – Tras una década de crecimiento ilimitado (cuando parecía que nacía un milmillonario nuevo cada día), malos tiempos llegaron para la industria tecnológica. La conducta errática de Elon Musk después de la compra de Twitter ha dejado a la apalancada red social en situación precaria. La repentina caída de la plataforma de intercambio cripto FTX vaporizó una firma que hace poco valía 32 000 millones de dólares, y se llevó consigo a muchas otras criptoempresas. Meta (Facebook) decidió despedir a 11 000 empleados (el 13% de su plantilla), y Amazon va a descartar 10 000.

¿Cómo interpretar estos retrocesos? ¿Son incidentes aislados, o señales de un cambio estructural?

Twitter ya venía en problemas. Tras endeudarse y pagar de más por la plataforma, lo primero que hizo Musk fue empezar a recortar costos, con el argumento de que la empresa estaba perdiendo cuatro millones de dólares al día. Su primera ronda de despidos eliminó al 80% de los contratistas de la empresa y a la mitad del personal permanente, incluidos ingenieros clave y la mayor parte del equipo de moderación de contenido.

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