mckenna1_skodonnell_vaccine skodonnel via Getty Images

El dinero por sí solo no garantizará la equidad mundial en materia de vacunas

NUEVA YORK – En marzo, Sudán del Sur recibió su primer lote de vacunas COVID-19. Si bien esta es una buena noticia, la misma se produjo casi cuatro meses después de que se administraran las primeras dosis en el Reino Unido, lo que pone de manifiesto las amplias disparidades en la distribución mundial de vacunas. Si estas diferencias no se aminoran pronto – bajo el liderazgo de organismos internacionales que se cercioren de que el despliegue de vacunas a nivel mundial sea transparente y equitativo – toda la respuesta a la pandemia se verá en dificultades.

Sudán del Sur recibió sus dosis gracias al Mecanismo de Acceso Mundial a las Vacunas contra el COVID-19 (COVAX), que ha estado a la vanguardia de los esfuerzos para garantizar el acceso equitativo a las pruebas, los tratamientos y las vacunas COVID-19 en todo el mundo. Instituciones como la Organización Mundial de la Salud, el Banco Mundial y UNICEF han apoyado estos esfuerzos.

Pero los países ricos están obstaculizando el progreso al seguir acaparando suministros. En Estados Unidos se están administrando más de 2,1 millones de dosisal día; en Sudán del Sur se han administrado unas 1.000 vacunas en total. En general, los residentes de los países de ingresos altos y medios han recibido el 83% de los 1,2 mil millones de dosis de vacunas suministradas hasta ahora.

https://prosyn.org/kQZvQNees