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Cómo un tribunal arbitral del Banco Mundial esquilmó a Pakistán

NUEVA YORK – Fondos especulativos y abogados de Wall Street han convertido un arcano mecanismo procesal de los tratados internacionales en una máquina de hacer dinero, a costa de la gente más pobre del mundo. El último botín es un fallo por 5900 millones de dólares contra el gobierno de Pakistán y a favor de dos empresas mineras internacionales (la chilena Antofagasta PLC y la canadiense Barrick Gold Corporation) por un proyecto que Pakistán nunca aprobó y que nunca se ejecutó.

He aquí los hechos.

En 1993, una corporación minera estadounidense, BHP, firmó un acuerdo con la Autoridad de Desarrollo del Baluchistán (BDA, por la sigla en inglés), una corporación pública en la empobrecida provincia pakistaní del Baluchistán, para una operación conjunta de prospección en busca de oro y cobre; de hallarse yacimientos prometedores, el acuerdo también preveía el pedido de una licencia de explotación. Pero BHP no era optimista respecto de la rentabilidad del proyecto y demoró la exploración. A principios de este siglo, entregó los derechos de prospección a una empresa australiana, que creó la Tethyan Copper Company (TCC) para el proyecto.

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