woods47_TIMOTHY A. CLARYAFP via Getty Images_nam TIMOTHY A. CLARY/AFP via Getty Images

En defensa de la no alineación

OXFORD – Los críticos de la no alineación geopolítica siempre la han caracterizado como una política defectuosa y condenada al fracaso, y tras la invasión rusa de Ucrania tiene cada vez menos partidarios. Al fin y al cabo, Ucrania fue invadida por no ser miembro de la OTAN, lo que llevó a Suecia y Finlandia a abandonar su tradicional neutralidad y solicitar el ingreso a la organización.

Pero mantener una postura de no alineación o abstenerse de alianzas incondicionales con las grandes potencias puede ser necesario para ponerles límites. De lo contrario, el creciente nacionalismo de las superpotencias puede llevar a un orden mundial contrario a los intereses de los demás países.

Entre las principales superpotencias del mundo hay un auge del nacionalismo económico. Un informe publicado en 2019 por el Instituto Peterson para la Economía Internacional, en el que se analizan las políticas del entonces presidente de los Estados Unidos Donald Trump, destaca su defensa del proteccionismo, las restricciones a la inversión extranjera directa entrante y a la inmigración, y el rechazo de las normas multilaterales. Antes de eso, Estados Unidos ofrecía a sus aliados un compromiso con un orden internacional basado en reglas y con la seguridad compartida, que el gobierno del presidente Joe Biden intenta restaurar. Pero la narrativa trumpiana del «Estados Unidos primero» cambió ese ofrecimiento, y muchos candidatos republicanos para la elección legislativa intermedia de noviembre prometen debilitarlo todavía más.

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