leonard66_XinhuaWang Ye via Getty Images_xi jinping Xinhua/Wang Ye via Getty Images

El nuevo «shock de China»

BERLÍN – Hace unos meses, las autoridades chinas se comunicaron con algunas de las empresas extranjeras más grandes que operan en el país, y les pidieron que designaran un representante para una pequeña reunión a puertas cerradas en la que se hablaría de la nueva estrategia económica de China. La reunión iba a ser con un alto funcionario en lugar y hora no revelados; y según dijeron dos personas con conocimiento directo de la cuestión (que insistieron en el anonimato), las empresas recibieron instrucción de que los representantes fueran exclusivamente personas de etnia china. Por contenido y forma, la anécdota es un buen ejemplo de la determinación con que China busca imprimirle a su economía un carácter más claramente nacional, con el desarrollo de tecnologías y fuentes de energía propias y la asignación de una mayor importancia al consumo interno que a la demanda extranjera.

La nueva estrategia del presidente chino Xi Jinping se centra en el concepto de «circulación dual». Detrás de este tecnicismo hay una idea que puede cambiar el orden económico mundial. En vez de operar como una única economía vinculada con el mundo a través del comercio y la inversión, China planea separar su economía en dos esferas. La primera permanecerá en contacto con el resto del mundo («circulación externa»), pero irá cediendo protagonismo a la segunda («circulación interna»), basada en la demanda, el capital y las ideas locales.

El propósito de la circulación dual es aumentar la autonomía de China. Tras un período de desarrollo basado en las exportaciones, las autoridades quieren diversificar las cadenas de suministro para tener acceso a tecnologías y conocimientos sin sufrir presiones de Estados Unidos. Y al mismo tiempo, China buscará aumentar su influencia sobre otros países, de forma tal de convertir los lazos económicos con el extranjero en poder político mundial.

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