campanella21_Phil BarkerFuture Publishing via Getty Images_working from home Phil Barker/Future Publishing via Getty Images

Capitalismo social

MILÁN – La pandemia del COVID-19 ha afectado el stock de capital físico y humano. Las empresas han pospuesto o cancelado los proyectos de inversión, y las habilidades de los trabajadores despedidos o cesanteados se han deteriorado. La crisis, sin embargo, ha impulsado la variable muchas veces ignorada del capital social, elevando su rol como una fuente clave de crecimiento económico.

Popularizado en los años 1990 por el politólogo de la Universidad de Harvard Robert Putnam, el capital social se refiere a “las características de las organizaciones sociales, como las redes, las normas y la confianza que facilitan la acción y la cooperación en beneficio mutuo”. Se trata de un concepto un tanto nebuloso que comprende los valores compartidos, las convenciones conductuales y las fuentes de confianza mutua e identidad común que permiten que una sociedad funcione. Cuanto más capital social tenga un grupo, mayor su voluntad y su capacidad para actuar de manera colectiva en búsqueda de objetivos valiosos.

En otras palabras, el capital social es la goma que aglutina a las comunidades y a las naciones. En las condiciones correctas, las interacciones sociales repetidas y mutuamente beneficiosas conducen a un crecimiento económico más rápido, a mejores resultados sanitarios y a una mayor estabilidad.

https://prosyn.org/aYpp1Tnes