Antes de fallecer, el 6 de febrero, George P. Shultz, ex secretario del Tesoro y secretario de Estado, participó en la redacción de un comentario final en el que advertía contra los peligros del gigantesco aumento del gasto gubernamental estadounidense en los últimos años, incluso durante la crisis de la COVID-19.
STANFORD – Muchas personas en Washington creen actualmente que el gobierno federal estadounidense puede gastar una cantidad ilimitada de dinero sin que haya consecuencias económicas perjudiciales... están equivocadas. El gasto federal excesivo está creando graves riesgos económicos y para la seguridad nacional. La imprudencia fiscal estadounidense debe llegar a su fin.
La crisis de la COVID-19 proporcionó el último impulso al gasto gubernamental, incluso al punto en que implicó un giro en el pensamiento estadounidense hacia el socialismo, una doctrina que siempre perjudicó el bienestar del pueblo. Pero hay quienes dicen que no debemos preocuparnos por el gasto excesivo, después de todo, sostienen, no parece haber señales de que las tasas de interés extremadamente bajas vayan a aumentar. La economía iba viento en popa hasta que nos golpeó la pandemia e, indudablemente, se recuperará con fuerza cuando termine. Ni siquiera hay un mínimo olorcillo a inflación en el aire.
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There are four reasons to worry that the latest banking crisis could be systemic. For many years, periodic bouts of quantitative easing have expanded bank balance sheets and stuffed them with more uninsured deposits, making the banks increasingly vulnerable to changes in monetary policy and financial conditions.
show how the US central bank's liquidity policies created the conditions for runs on uninsured deposits.
When a bank fails, the first response by policymakers and the public is to blame risk-loving speculators, greedy investors, or regulators asleep at the wheel. But quenching our thirst for moral adjudication is a poor basis for policy, because the truth is both simpler and more troubling.
argues that recent market turmoil has revealed that the sector’s main vulnerability is unavoidable.
Antes de fallecer, el 6 de febrero, George P. Shultz, ex secretario del Tesoro y secretario de Estado, participó en la redacción de un comentario final en el que advertía contra los peligros del gigantesco aumento del gasto gubernamental estadounidense en los últimos años, incluso durante la crisis de la COVID-19.
STANFORD – Muchas personas en Washington creen actualmente que el gobierno federal estadounidense puede gastar una cantidad ilimitada de dinero sin que haya consecuencias económicas perjudiciales... están equivocadas. El gasto federal excesivo está creando graves riesgos económicos y para la seguridad nacional. La imprudencia fiscal estadounidense debe llegar a su fin.
La crisis de la COVID-19 proporcionó el último impulso al gasto gubernamental, incluso al punto en que implicó un giro en el pensamiento estadounidense hacia el socialismo, una doctrina que siempre perjudicó el bienestar del pueblo. Pero hay quienes dicen que no debemos preocuparnos por el gasto excesivo, después de todo, sostienen, no parece haber señales de que las tasas de interés extremadamente bajas vayan a aumentar. La economía iba viento en popa hasta que nos golpeó la pandemia e, indudablemente, se recuperará con fuerza cuando termine. Ni siquiera hay un mínimo olorcillo a inflación en el aire.
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