LONDRES – A pesar de los repetidos esfuerzos del gobierno por estimular la economía china, los espíritus animales del país siguen deprimidos. Y la razón inesperada puede ser el intercambio automático de información financiera entre las principales economías del mundo que está permitiendo que el Partido Comunista Chino (PCC) esté al tanto de las cuentas bancarias que los residentes chinos tienen en el exterior.
Esta exposición efectivamente ha transformado los botes salvavidas financieros de las familias chinas adineradas en torpedos que las tiene como blanco de ataque. Peor aún, las fuerzas anti-corrupción del presidente Xi Jinping pueden disparar estas armas cuando les plazca. La ansiedad resultante muy probablemente esté contribuyendo a la desaceleración económica de China.
La triste ironía es que los torpedos fueron armados por la OCDE con sede en París –el club de los países desarrollados que se consideran a sí mismos comprometidos con la democracia y una economía de mercado-. Al introducir el Estándar Común de Reporte (ECR) como una manera de reducir la evasión impositiva, los tecnócratas occidentales bienintencionados han activado un programa con consecuencias económicas de largo plazo potencialmente sombrías para China, y para varios otros países también.
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Given strong odds that we will face another pandemic, the international community is rightly engaged in discussions about how to do better next time. But the latest United Nations agreement on the issue offers mere platitudes, rather than the kind of concrete measures needed to stay ahead of a new pathogen.
explains what governments need to do to demonstrate that they are taking the threat seriously.
While China was an early mover in regulating generative AI, it is also highly supportive of the technology and the companies developing it. Chinese AI firms might even have a competitive advantage over their American and European counterparts, which are facing strong regulatory headwinds and proliferating legal challenges.
thinks the rules governing generative artificial intelligence give domestic firms a competitive advantage.
LONDRES – A pesar de los repetidos esfuerzos del gobierno por estimular la economía china, los espíritus animales del país siguen deprimidos. Y la razón inesperada puede ser el intercambio automático de información financiera entre las principales economías del mundo que está permitiendo que el Partido Comunista Chino (PCC) esté al tanto de las cuentas bancarias que los residentes chinos tienen en el exterior.
Esta exposición efectivamente ha transformado los botes salvavidas financieros de las familias chinas adineradas en torpedos que las tiene como blanco de ataque. Peor aún, las fuerzas anti-corrupción del presidente Xi Jinping pueden disparar estas armas cuando les plazca. La ansiedad resultante muy probablemente esté contribuyendo a la desaceleración económica de China.
La triste ironía es que los torpedos fueron armados por la OCDE con sede en París –el club de los países desarrollados que se consideran a sí mismos comprometidos con la democracia y una economía de mercado-. Al introducir el Estándar Común de Reporte (ECR) como una manera de reducir la evasión impositiva, los tecnócratas occidentales bienintencionados han activado un programa con consecuencias económicas de largo plazo potencialmente sombrías para China, y para varios otros países también.
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