LONDRES – La invasión de Rusia a Ucrania en febrero fue un momento crucial para la seguridad europea. Sin embargo, las relaciones entre la OTAN y la Unión Europea siguen cargadas de sospecha mutua, rivalidad institucional y una falta de cooperación efectiva. Ambas organizaciones deben dejar de lado sus diferencias y trabajar juntas.
Una vez más, Rusia se ha convertido en una amenaza de largo plazo a la seguridad europea. Al mismo tiempo, las consecuencias económicas de la guerra en Ucrania intensificarán los desafíos de seguridad en el flanco sur de Europa. Y, como lo ha mostrado la actual crisis en torno a Taiwán, la creciente asertividad de China proyectará una sombra cada vez mayor en el pensamiento estratégico estadounidense.
El desafío de seguridad europeo clave en los próximos años será fortalecer la capacidad disuasoria frente a Rusia, mientras mantiene la de enfrentar otras amenazas. Si se trata de disuadir a Rusia, la OTAN claramente es la organización indispensable, ya que no existe una alternativa viable a su estructura de comando integrada. La guerra de Ucrania ha revitalizado la misión central de la OTAN de erguirse ante Rusia y defender el territorio de sus miembros si la disuasión no funciona. Con los nuevos planes de defensa, las fuerzas de respuesta rápida de la OTAN aumentarán de 40.000 a 300.000 soldados. Y Finlandia y Suecia pronto se convertirán en miembros.
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The long-standing economic consensus that interest rates would remain low indefinitely, making debt cost-free, is no longer tenable. Even if inflation declines, soaring debt levels, deglobalization, and populist pressures will keep rates higher for the next decade than they were in the decade following the 2008 financial crisis.
thinks that policymakers and economists must reassess their beliefs in light of current market realities.
Since the 1990s, Western companies have invested a fortune in the Chinese economy, and tens of thousands of Chinese students have studied in US and European universities or worked in Western companies. None of this made China more democratic, and now it is heading toward an economic showdown with the US.
argue that the strategy of economic engagement has failed to mitigate the Chinese regime’s behavior.
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LONDRES – La invasión de Rusia a Ucrania en febrero fue un momento crucial para la seguridad europea. Sin embargo, las relaciones entre la OTAN y la Unión Europea siguen cargadas de sospecha mutua, rivalidad institucional y una falta de cooperación efectiva. Ambas organizaciones deben dejar de lado sus diferencias y trabajar juntas.
Una vez más, Rusia se ha convertido en una amenaza de largo plazo a la seguridad europea. Al mismo tiempo, las consecuencias económicas de la guerra en Ucrania intensificarán los desafíos de seguridad en el flanco sur de Europa. Y, como lo ha mostrado la actual crisis en torno a Taiwán, la creciente asertividad de China proyectará una sombra cada vez mayor en el pensamiento estratégico estadounidense.
El desafío de seguridad europeo clave en los próximos años será fortalecer la capacidad disuasoria frente a Rusia, mientras mantiene la de enfrentar otras amenazas. Si se trata de disuadir a Rusia, la OTAN claramente es la organización indispensable, ya que no existe una alternativa viable a su estructura de comando integrada. La guerra de Ucrania ha revitalizado la misión central de la OTAN de erguirse ante Rusia y defender el territorio de sus miembros si la disuasión no funciona. Con los nuevos planes de defensa, las fuerzas de respuesta rápida de la OTAN aumentarán de 40.000 a 300.000 soldados. Y Finlandia y Suecia pronto se convertirán en miembros.
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