spence111_NIKLAS HALLE'NAFPGetty Images_homeless man Niklas Halle'n/AFP/Getty Images

Cómo la desigualdad mina el desempeño económico

MILÁN – Hace aproximadamente diez años, la Comisión sobre Crecimiento y Desarrollo (que presidí) publicó un informe que intentaba condensar 20 años de investigación y experiencia en un amplio rango de países en lecciones para las economías en desarrollo. Quizá la lección más importante fue que los patrones de crecimiento que no tienen un carácter exclusivo y alimentan la desigualdad por lo general fracasan.

La razón de este fracaso no es estrictamente económica. Quienes se ven afectados de manera adversa por los medios de desarrollo, junto con quienes carecen de suficientes oportunidades como para recoger sus frutos, cada vez se sienten más frustrados. Esto alimenta la polarización social, que puede conducir a inestabilidad política, estancamiento o toma de decisiones cortoplacista, con serias consecuencias a largo plazo para el desempeño económico.

No hay motivos para creer que la inclusión afecta la sustentabilidad de los patrones de crecimiento sólo en los países en desarrollo, aunque la dinámica específica depende de una cantidad de factores. Por ejemplo, es menos probable que una creciente desigualdad sea política o socialmente disruptiva en un contexto de alto crecimiento (pensemos en una tasa anual del 5-7%) que en un contexto de bajo crecimiento o de crecimiento nulo, donde los ingresos y las oportunidades de un subconjunto de la población están estancados o en baja.

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