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La contribución de Europa a la paz en el Sudán

WASHINGTON, D. C. – El Sudán se encuentra en la proverbial encrucijada entre la paz potencial y un posible conflicto a escala nacional, que pasaría a ser sin lugar a dudas la guerra más sangrienta del mundo en 2011. Es probable que un referéndum sobre la independencia del Sudán meridional, previsto para el 9 de enero de 2011, escinda el país en dos y que por fin los sudaneses meridionales logren la libertad por la que tanto han combatido. Sin embargo, semejante resultado brindaría también al Sudán meridional la mayor parte de las reservas de petróleo del país.

No es de extrañar, pues, que en el precipicio de este momento histórico haya muchas serpientes en la hierba. El gobernante Partido Nacional del Congreso (PNC) parece dispuesto a  impugnar el resultado del referéndum. Unas negociaciones decisivas entre el PNC, del Norte, y el Movimiento de Liberación Popular del Sudán, del Sur, sobre cuestiones que dividen al Norte y al Sur han quedado estancadas. Las fuerzas armadas sudanesas han bombardeado las zonas a lo largo de la frontera Norte-Sur. En Darfur, la situación en materia de derechos humanos y asuntos humanitarios sigue deteriorándose y allí el proceso de paz  ha avanzado poco.

Se debe ver todo eso en el marco de la larga ejecutoria de violaciones de los derechos humanos e incumplimiento de acuerdos por parte del PNC. Durante más de veinte años, el Gobierno sudanés riñó una guerra contra el Sur, en la que más de dos millones de personas murieron. Ha cometido un genocidio y otras atrocidades en Darfur, donde unas 400.000 personas han muerto. El PNC tiene una historia de división y manipulación de grupos para lograr sus fines e incumple sistemáticamente sus compromisos.

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