DENVER/BRUSELAS – Los países europeos están pasando por su peor crisis de coste de la vida en décadas, debido al alza de los precios de la energía y de los alimentos. La pandemia de COVID-19, la guerra de Ucrania y el cambio climático han acentuado el alza de los precios de los productos básicos, llevando a la escasez alimentaria y a un rápido aumento de la inseguridad en este ámbito en el mundo en desarrollo. Sin embargo, hay buenas noticias: con un sencillo (pero crucial) cambio en la producción de alimentos, la Unión Europea puede aliviar la inflación de los precios y fortalecer los insumos alimentarios globales.
Un análisis realizado por la consultora SYSTEMIQ muestra que reducir la producción de carne en solo un 13% -equivalente a que los consumidores europeos se abstengan de consumirla un día a la semana- la UE podría reasignar suficientes cereales y terrenos utilizados hasta ahora para alimentar ganado y así compensar los 23 millones de toneladas de trigo producidos por Ucrania en 2020.
Esto no debería sorprender. Después de todo, la carne es una fuente de nutrición notablemente ineficiente. Por cada 100 calorías de alimentos consumidas por el ganado, producimos apenas 1 caloría de carne. Tal como están las cosas, destinamos vastas cantidades de tierras y fertilizantes a producir comida que solo el ganado puede consumir.
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Given strong odds that we will face another pandemic, the international community is rightly engaged in discussions about how to do better next time. But the latest United Nations agreement on the issue offers mere platitudes, rather than the kind of concrete measures needed to stay ahead of a new pathogen.
explains what governments need to do to demonstrate that they are taking the threat seriously.
While China was an early mover in regulating generative AI, it is also highly supportive of the technology and the companies developing it. Chinese AI firms might even have a competitive advantage over their American and European counterparts, which are facing strong regulatory headwinds and proliferating legal challenges.
thinks the rules governing generative artificial intelligence give domestic firms a competitive advantage.
DENVER/BRUSELAS – Los países europeos están pasando por su peor crisis de coste de la vida en décadas, debido al alza de los precios de la energía y de los alimentos. La pandemia de COVID-19, la guerra de Ucrania y el cambio climático han acentuado el alza de los precios de los productos básicos, llevando a la escasez alimentaria y a un rápido aumento de la inseguridad en este ámbito en el mundo en desarrollo. Sin embargo, hay buenas noticias: con un sencillo (pero crucial) cambio en la producción de alimentos, la Unión Europea puede aliviar la inflación de los precios y fortalecer los insumos alimentarios globales.
Un análisis realizado por la consultora SYSTEMIQ muestra que reducir la producción de carne en solo un 13% -equivalente a que los consumidores europeos se abstengan de consumirla un día a la semana- la UE podría reasignar suficientes cereales y terrenos utilizados hasta ahora para alimentar ganado y así compensar los 23 millones de toneladas de trigo producidos por Ucrania en 2020.
Esto no debería sorprender. Después de todo, la carne es una fuente de nutrición notablemente ineficiente. Por cada 100 calorías de alimentos consumidas por el ganado, producimos apenas 1 caloría de carne. Tal como están las cosas, destinamos vastas cantidades de tierras y fertilizantes a producir comida que solo el ganado puede consumir.
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