brown81_Allen J. Schaben  Los Angeles Times via Getty Images_vaccines Allen J. Schaben Los Angeles Times via Getty Images

Una nueva arquitectura global para la sanidad

EDINBURGO – El daño causado por el COVID-19 ha sido catastrófico, exacerbado por la constante aparición de nuevas variantes, como la denominada Ómicron. Más de cinco millones de vidas ya se han perdido por la pandemia, y se prevé que los casos confirmados aumenten de los actuales 260 millones a los 460 millones para el otoño próximo. La Organización Mundial de la Salud estima que cinco millones más de personas pueden morir a causa de esta enfermedad en los próximos meses.

Así, cuando la Asamblea Mundial de la Salud (AMS) se reúna para una sesión especial este 29 de noviembre, su tarea será nada menos que prevenir la repetición de una tragedia como la del COVID-19. Específicamente, el mundo necesita hoy un acuerdo internacional y vinculante para prevenir que los brotes futuros de enfermedades infecciosas se transformen en epidemias.

Como ha argumentadoTedros Ghebreyesus, director general de la OMS, este nuevo acuerdo debería sustentarse en un compromiso de alto nivel con la salud para todos, basado en la equidad y solidaridad entre los países. Todos los habitantes del planeta, con independencia de su nivel de riqueza o ingresos, deberían tener un acceso fácil a lo que necesiten para mantenerse sanos, y la comunidad internacional debería garantizar el uso y la distribución equitativos de los recursos médicos disponibles. Para eso se necesitarán un sistema global de vigilancia plenamente funcional, una rápida trazabilidad y apoyo compartido en caso de emergencias, y una financiación predecible.

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