zhang57_ HECTOR RETAMALAFP via Getty Images_shanghailockdowncovid Hector Retamal/AFP via Getty Images

¿Qué pasó con la economía de China?

SHANGHÁI – En enero pasado, el gobierno de China pronosticó que la economía del país –que, en ese momento, estaba experimentando un fuerte rebote después de la desaceleración inicial por la pandemia- crecería 5,5% en 2022. Pero, para el segundo trimestre, desafortunadamente, la propagación acelerada de la variante Ómicron del COVID-19 había obligado al gobierno a implementar medidas de confinamiento de emergencia en sus ciudades económicamente más dinámicas, entre ellas Beijing, Guangzhou, Shanghái y Shenzhen.

El confinamiento de dos meses en Shanghái, en particular, le asestó un golpe devastador al crecimiento, ya que todo el delta del río Yangtze quedó efectivamente aislado de la economía global. También sacudió a las empresas y minó la confianza de los inversores. Aún si todavía tienen fe en las perspectivas de largo plazo de la economía china, demasiados empresarios e inversores –tanto extranjeros como chinos- se han vuelto más cautelosos que nunca a la hora de hacer negocios allí, al menos en el corto plazo. Los efectos de este cambio seguramente persistirán, aún después de que las actividades económicas –que no se han recuperado después de más de tres meses desde que se levantara el confinamiento- retornen a su nivel anterior.

Da la sensación de que lo que le sucedió a la economía desde marzo era evitable. El hecho es que, a pesar de ser implementada sólo de manera limitada, la innovación en materia de políticas a nivel local ayudó a Shanghái a minimizar el impacto económico de la pandemia en los dos años anteriores al confinamiento de marzo de 2022. Teniendo esto en cuenta, es razonable considerar el papel que podría jugar esa innovación a la hora de mitigar el daño a las empresas y al entorno de inversión causado por las medidas de confinamiento vinculadas a la pandemia.

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