

Nearly three months after Russia launched its invasion, Western countries appear more committed than ever to Ukraine’s defense, and, in some quarters, to Russia’s defeat. We asked PS commentators what outcome the West, Russia, and Ukrainians themselves can realistically expect.
NUEVA YORK – Si bien el COVID-19 ha resultado duro para todos, no ha sido una enfermedad de “igualdad de oportunidades”. El virus plantea una mayor amenaza para quienes ya tienen mala salud, y que en su mayoría están concentrados en países pobres con sistemas de salud pública débiles. Asimismo, no todos los países pueden gastar un cuarto de su PIB para proteger su economía, como hizo Estados Unidos. Las economías en desarrollo y emergentes han enfrentado restricciones financieras y fiscales difíciles. Y debido al nacionalismo de vacunas (acumulación por parte de los países ricos), han tenido que mendigar cualquier dosis que pudieran conseguir.
Cuando los países sufren un dolor tan agudo, se tiende a culpar a los funcionarios más de lo que merecen. Muchas veces, el resultado es una política más conflictiva que complica aún más la resolución de los problemas reales. Pero inclusive con las estadísticas en su contra, algunos países han logrado tener recuperaciones fuertes.
Consideremos el caso de Argentina, que ya atravesaba una recesión cuando azotó la pandemia, debido en gran medida a la mala gestión económica del presidente Mauricio Macri. Todos habían visto esta película antes. Un gobierno de derecha amigo de los empresarios se había ganado la confianza de los mercados financieros internacionales, que invertían debidamente. Pero las políticas de la administración resultaban ser más ideológicas que pragmáticas, favoreciendo a los ricos y no a los ciudadanos comunes.
To continue reading, register now.
As a registered user, you can enjoy more PS content every month – for free.
Register
orSubscribe now for unlimited access to everything PS has to offer.
Already have an account? Log in