United States and China cargo containers iStock / Getty Images Plus

Un enfoque bilateral para el dilema multilateral de Estados Unidos

NEW HAVEN – La buena noticia es que Estados Unidos y China parecen haberse alejado del precipicio de una guerra comercial. Aunque vago en detalles, un acuerdo del 19 de mayo distiende la tensión y se compromete a continuar con la negociación. La mala noticia es que el marco de las negociaciones es defectuoso: un acuerdo con cualquier país hará poco por resolver los desequilibrios económicos fundamentales de Estados Unidos que han surgido en un mundo interconectado.

Existe una desconexión de larga data entre las estrategias bilaterales y multilaterales para los problemas económicos internacionales. En mayo de 1930, unos 1.028 de los economistas académicos más prominentes de Estados Unidos escribieron una carta pública al presidente norteamericano Herbert Hoover instándolo a vetar el proyecto de ley arancelario Smoot-Hawley que estaba en discusión. Hoover ignoró el consejo, y la guerra comercial global que sobrevino después transformó en "enorme" una depresión común y corriente. El presidente Donald Trump tuvo una actitud comparable en cuanto a qué hace falta para "hacer que Estados Unidos vuelva a ser grande".

Los políticos han favorecido durante mucho tiempo la perspectiva bilateral, porque simplifica la culpa: los problemas "se resuelven" apuntando a un país específico. Por el contrario, la estrategia multilateral atrae a la mayoría de los economistas, porque acentúa las distorsiones de la balanza de pagos que surgen a partir de los desfases entre el ahorro y la inversión. Este contraste entre lo simple y lo complejo es una razón obvia e importante por la cual los economistas suelen perder los debates públicos. La ciencia lúgubre nunca se caracterizó por la claridad.

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