old car stock market crash Bettmann/Getty Images

Cien años de ineptitud

BERLÍN – La crisis financiera y económica global que comenzó en 2008 fue la mayor prueba de estrés económico desde la Gran Depresión, y el mayor reto a los sistemas sociales y políticos desde la Segunda Guerra Mundial. No sólo puso en riesgo a los mercados financieros y a las monedas, sino que también expuso serias deficiencias regulatorias y de gobernanza que todavía no se han abordado del todo.

En verdad, la crisis de 2008 muy probablemente sea recordada como un momento decisivo, pero no porque dio lugar a reformas que fortalecieron la resiliencia económica y eliminaron vulnerabilidades. Por el contrario, la incapacidad por parte de los líderes de discernir las lecciones de la Gran Recesión, y mucho menos tomar medidas en consecuencia, puede abrir el camino para una serie de nuevas crisis, no solamente económicas, en las próximas décadas.

No importa cuán serias resulten esas crisis, los historiadores dentro de un siglo probablemente se sientan exasperados por nuestra miopía. Notarán que los analistas y los reguladores estaban excesivamente concentrados en reparar el sistema financiero fortaleciendo los regímenes de supervisión nacionales. Si bien éste era un objetivo valedero, señalarán los historiadores, estaba lejos de ser el único imperativo.

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